Una vez mas ha llegado la hora de recibir en mi casa a los blogs de mis amigas y en esta ocasión le ha tocado a Ana del blog FOOD MORNING
Debo deciros que aparte de ser una estupenda cocinera y una trabajadora incansable tiene el don de captar las mejores imagenes de todo lo que le rodea, solo hay que pasar por su blog y ver sus estupendas fotografías. De hecho la mía que veis aquí es obra suya .....
Os dejo con su receta y con una magnifica entrada sobre el mundo de las croquetas. Gracias Ana.
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Por lo que veo, la bechamel sigue siendo una asignatura pendiente aún para muchas personas, pero me da igual, creo que debería existir una ley que prohibiera la venta de croquetas que no fueran deliciosas, suaves y cremosas. Porque si te venden una croqueta que rebota, cuando te la metes en la boca te quedas con la cara de un niño al que se le ha explotado un globo: con la boca abierta, ojos saltones, el estupor recorriendo cada vértebra de tu columna, y esa masa grumosa palpitando sobre tu lengua, que no sabe si impulsarla hacia atrás para que te la tragues sin salivar siquiera, o si expulsarla hacia adelante para sacarla fuera de ti, Satanás.
Si aún no dominas el arte de la croqueta, este es el momento de acabar con ese estigma en tu vida, y de hacer realidad tu sueño de poder presentarte con cara triunfal ante los tuyos sosteniendo una bandeja de humeantes, deliciosas y cremosas croquetas de pollo, afirmando categóricamente que no son de La Cocinera (sin desmerecer a las de La Cocinera, que para un apaño van la mar de bien). ¿Vamos allá?
Unos consejillos útiles:
Usa una sartén o cazuela antiadherente y amplia, porque hay que estar removiendo todo el rato, y cuanto mayor sea la superficie de la cazuela, antes se hará la bechamel. Unos 30/32 cm de diámetro es un tamaño adecuado.
Ten a mano una buena cuchara de palo. Para una bechamel normal vienen bien las varillas de silicona, pero la de las croquetas es más densa y la cuchara podrá seguir mejor el ritmo serrano de tu brazo.
Ten todos los ingredientes a mano y pesados, pues una vez que empieces a hacerla, no puedes dedicarte a otra cosa, la bechamel es como un recién nacido, demandando constante atención.
Calienta la leche en el microondas, porque así tardarás bastante menos. ¿A qué temperatura? Pues a la que te bebes la leche en el desayuno. Vamos, lo que viene siendo caliente.
Para formar las croquetas es necesario tener las manos mojadas. Así que si la bechamel se te empieza a poner pegajosa cuando das forma a la croqueta, lávate las manos y al tajo de nuevo. Para pasarlas por huevo y pan rallado, todo lo contrario: manos bien secas, y también lávatelas en cuanto se te empiecen a formar pegotes de pan y huevo en las yemas de los dedos.
Retira del pan rallado todos los pegotillos de pan y huevo que vayan soltando las croquetas. Hay que intentar que el pan rallado esté siempre limpio.
Y por favor, no mezcles distintos ingredientes en las croquetas: hazlas de pollo, de jamón, de queso, de bacalao, de boletus… pero no mezcles distintos sabores, porque no te sabrán a nada en concreto, y lo bueno de la croqueta es apreciar el sabor del ingrediente principal.
Puedes congelar las croquetas sin ningún problema. Ya que te pones a hacer, haz para dos veces por lo menos, que luego lo agradecerás.
Al lío:
Ingredientes (para entre 50 y 60 croquetas)
- Entre 350 y 400 gr de pollo picado sobrante del cocido.
- 50 gr de aceite de oliva virgen extra
- 50 gr de mantequilla
- 150 gr de harina
- 1500 ml de leche entera o semi desnatada
- ½ cebolla
- Sal
- Nuez moscada rallada
- Pimienta negra (opcional)
- 2 huevos L
- Pan rallado fino
- Aceite de oliva para freír
Pica la cebolla muy muy fina.
Pica el pollo (si tienes Thermomix, 5 segundos a velocidad 5) muy menudo.
Calienta la leche.
En una sartén alta o cazuela antiadherente de unos 32 cm de diámetro, pon la mantequilla, y cuando esté casi derretida añade el aceite. Añade enseguida la cebolla (no queremos que se queme la grasa) y deja que poche a fuego medio-bajo sin que llegue a dorarse.
Cuando esté bien blanda, y con el fuego más o menos al 4, añade la harina, y remueve bien dando alegría a tu cuerpo macarena, pues hay que mezclar rápidamente la grasa con la harina y no permitir que se queme. Debe quedar una masa para nada líquida, sino todo lo contrario, es más bien seca y sólida, que al remover se separa en migas pastosas, pero se tiene que apreciar un poco el brillo del aceite. Si está demasiado fluida (se desparrama al darle vueltas) hay que añadir un poquito de harina (entre 10 y 20 gr).
Esto es lo que se llama roux, y servirá para espesar la bechamel. Recuerda que hay que hacerlo a fuego lento, porque hay que cocinar la harina y no queremos quemarla: ¿????? Pues sí, la harina tiene que cocer en toda esa grasita lenta y sosegadamente, para que las croquetas sean deliciosas y cremosas, y no sepan a engrudo. ¿Y cuánto tiempo estamos dándole a la manivela? Pues unos cinco minutos aproximadamente, mientras te entretienes con algún reality de cambio radical de sexo que pongan en Divinity (si tienes tele en la cocina),o con el Josemi Rodríguez Sieiro en la radio explicando la aberración que supone no echar los pantalones a lavar tras usarlos una sola vez. Vamos, que mejor te busques un entretenimiento, porque desde ahora la cosa va de dar vueltas sin parar.
Verás que el roux va cogiendo poco a poco un tono dorado, como de color vainilla. Ha llegado el momento de empezar a añadir la leche. Y escucha este consejo, pues es el más importante que te voy a dar en esta receta: Si quieres que no se te forme ni un solo grumo en la bechamel, tienes que echar la leche muy poco a poco. Y cuando digo poco, hablo de la cantidad que cabe en una tacita de café moka, al menos al principio. Echa un chorrito de leche y remueve bien para que la masa la abduzca. Otro chorrito, y nueva abducción. Así poco a poco. Verás que la masa, aún sólida, va engordando y haciéndose más jugosa. Pasarás de tener una masa casi seca y que se desmiga, a tener otra más jugosa y que absorbe lo que le echen. Pues vas por bien camino. Sigue añadiendo la leche muy poco a poco: chorrito, remueve hasta integrar totalmente; chorrito, remueve; chorrito, remueve… No quieras hacerlo rápido y vayas echando la leche con la mano izquierda y removiendo con la derecha. La bechamel es una salsa que lleva su tiempo, y desde que empiezas a añadir la leche hasta que la salsa esté hecha, van a pasar al menos quince minutos (nunca más de media hora), dependiendo del tamaño de la cazuela y de la velocidad de tu manubrio.
Cuando la masa ya está suficientemente hidratada y ya es más líquida que sólida, subimos el fuego al 6 ó al 7 para no eternizarnos. Y ya podemos echar chorritos más grandes, pero sin emocionarte, no la vayamos a fastidiar al final.
Tendremos entonces una salsa cremosa, a la que no paramos de dar vueltas, rebañando bien el fondo y los laterales de la cazuela para que no se quede nada pegado y se queme, que empezará a burbujear con el calor. Si no burbujea nada, dale un poco de caña al fuego, pues tiene que cocer.
Llega el momento de añadir la sal (poco a poco, que después de todo el trabajo, si nos pasamos ahora menuda faena) y un poco de pimienta. Ve probando mientras sigues removiendo, y cuando tenga un puntito sabroso, sin llegar a salado, añade la nuez moscada. Y si me preguntas cuánta, yo te digo: a ojo. Porque esto es algo que hacemos a ojo. Vamos a ver, yo destapo el bote y hago dos fús, fús (tú me entiendes). Remuevo bien y pruebo. Y esto es como la sal, hay que ir probando poco a poco hasta llegar al nivel de sal y de nuez moscada que queremos. Y con la nuez mejor quedarse un pelín cortos, pues luego, una vez hecha la croqueta, se nota más.
Bien, tenemos la salsa borboteando suavemente y ya hemos conseguido el punto de sal y de nuez moscada. Pues sólo falta añadir el pollo (o el jamón, o el ingrediente que nos guste). Remueve bien y déjalo cocer un par de minutos. Vuelve a probar la bechamel, y si todo está rico de sabor, y la salsa está lista, ha llegado el momento de verter todo en una fuente de pyrex o en cualquier recipiente poco profundo, y dejar enfriar. Cuando casi esté fría, cubrir con film y meter en la nevera para que se solidifique y poder formar las croquetas. El film es importante, porque evitará que se forme una costra dura en la bechamel.
¿Cómo sabemos cuándo está hecha la bechamel?
Cuando al dar vueltas con la cuchara, raspando el fondo de la cazuela, se queda tras ella una estela en la que se ve dicho fondo. Esto significa que ya ha alcanzado el punto de densidad adecuado.
Cómo formar tus deliciosas y cremosas croquetas de pollo:
Varias horas más tarde, o mejor al día siguiente, sacamos la fuente de la nevera, y disponemos junto a ella un plato con los dos huevos batidos, y otro con abundante pan rallado. Para poder formar las croquetas con facilidad, la masa tiene que estar bien fría, así que sácala de la nevera sólo cuando vayas a formar.
Nos mojamos bien las manos, y sin secarlas, vamos cogiendo porciones de masa y formando bolas redondas o algo alargadas, dando vueltas a la masa entre las dos manos, como si hicieras una albóndiga, y sin recrearnos más de la cuenta, para que no se pongan pegajosas. Procura cerrar las grietas que se formen, o la croqueta se romperá al freír. Tendrás que lavarte las manos cada cuatro o cinco croquetas, para evitar que se te empiecen a pegar.
Cuando las tengamos formadas, las pasamos por huevo batido, y después por pan rallado, tratando de no toquetearlas demasiado para no hacerles abolladuras. Y tras eso, sólo queda freírlas en abundante aceite caliente pero no hirviendo, sin llenar la sartén de croquetas, dejando que tengan algo de espacio para moverse, y sacarlas cuando veamos que están doraditas por todas partes. Una buena ensalada o un plato de patatas fritas, y a disfrutar de la vida.
BLOGS PARTICIPANTES
Habrá que probar estas croquetas, muero por ellas, me encantan de cualquier forma y encima son estupendas para aprovechar restos y no tirar nada. Te han quedado genial. Un besin
ResponderEliminarMe encantan las croquetas , versátiles como si de un plato de pasta se tratara, se pueden hacer croquetas de mil y un sabor. Recuerdo hace tiempo que hice de roquefort y nueces y no te puedes imaginar, fueron un éxito en mi casa. Hay que ver con tan pocos ingredientes como podemos hacer algo tan delicioso.
ResponderEliminarEl "truco" de calentar la leche es la caña, a mí no me salía la bechamel, hasta que vi a Sergio Fdez en un programa hacerlo así y desde entonces lo hago así y nunca falla !!
Besos y feliz domingo
Deliciosas las croquetas, y una información estupenda.
ResponderEliminarBesitosss
Pues sí que parecen perfectas ehh, muy bien explicado.
ResponderEliminarbesos
Desde luego que Ana es muy amena con las explicaciones de sus recetas, y aquí ha plasmado perfectamente el buen hacer de las croquetas, que a mí como a ella me dan "yu-yu" algunas que veo por ahí. Sólo discrepo en una cosa, hay algunas combinaciones de ingredientes que hacen que las croquetas sean sublimes, porque hay sabores que se complementan perfectamente.
ResponderEliminarBss
Elena
Qué ricas, se ven deliciosas. Un besico guapa!.
ResponderEliminarTere, ¿te puedes creer que no puedo decirte si las croquetas que nos venden son un engrudo, como dices tú, o no? Nunca las compro porque solo me saben a lo que lleva dentro mayormente, y que es la bechamel. En casa no entran otras que las que entran en mi cocina: de cocido y con los restos de la carne. La verdad es que para hacerlas no hay que preocuparse tanto por la cremosidad de la bechamel ya que el componente de carne es importante. Pero sigo el consejo de mi madre: remover y remover, que así quedará una bechamel muy suavecita. Ya veo que tú la pones en práctica y claro, así saldrán.
ResponderEliminarEstoy contigo en que Ana es un terremoto. Activa y metida en mil proyectos, lo cual es un arma excelente para vencer al aburrimiento y al anquilosamiento, ¿no crees?
Besos y feliz semana.
Holaaaa, Oh que razón tienes Tere, yo nunca me pido croquetas en ningún sitio, es como la tortilla de patata, tampoco la pido porque nunca está a mi gusto, pues las croquetas igual. El tutorial me lo he saltao porque afortunadamente me salen pero bien ricas, y como bien dices mueve que te mueve con la cuchara de palo y la cadera apoyada en la encimera jajajajjaa y hay que ver lo que le gusta a todo el mundo una croqueta bien hecha eh?
ResponderEliminarUn besooo
Vaya, esto si que es un máster en toda regla :)
ResponderEliminarQué buenas se ven, la verdad es que no las suelo preparar porque me parecen que dan mucho curro. Pero bueno, bien vale la pena.
ResponderEliminarSaludos
Oye Ana, y si en lugar de tu plato Riojano que te toca traer para el sábado te traes unas de éstas? uuummm, casi que le vas a hacer la competencia a Marga jejeje...
ResponderEliminarBesos
Nieves
Has descrito muy bien a Ana y, desde luego, no hay que perder ocasión para visitar su blog. De hecho, solo con ver esta receta ya se da cuenta uno que vas a encontrar cosas estupendas.
ResponderEliminarUn besote,
Mar
Uy Tere, mil gracias por haber elegido esta receta, hace siglos que no las hago y creo que me voy de cabeza a la cocina a preparar unas, que me ha entrado un mono terrible!!!!! Mil besos
ResponderEliminarLas croquetas se merecen una explicación al detalle como la que has dado. Han quedado estupendas, cómo no. Besos.
ResponderEliminarLección magistral de como hacer unas b uenas croquetas! que ricas! jijii
ResponderEliminarBesitosss.