miércoles, 29 de enero de 2014

LA DIETA DE LOS DOS DIAS


2 días haces dieta
5 comes normalmente
La dieta de los 2 días contiene orientaciones sencillas, además de
diversos planificadores de comidas y 100 apetitosas recetas.
Descubrirás los numerosos y probados beneficios para la salud que están
relacionados con ella: reduce el riesgo de contraer cáncer; disminuye la
presión arterial elevada; contiene efectos antienvejecimiento y mejora el
estado de ánimo.

Por qué seguir la dieta de los 2 días

Los doctores Michelle Harvie y Tony Howell llevan más de 12
años investigando la relación entre la dieta, el cáncer de mama
y la pérdida de peso.
Un estudio previo de los autores sobre 34.000 mujeres reveló
que la pérdida de un 5 % de peso corporal se traduce en una
reducción del 25‐40 % de sufrir un cáncer de mama.
Los últimos estudios confirman que las dietas intermitentes
son más efectivas y más fáciles de seguir que las clásicas dietas continuas.
La dieta de los dos dias es mas efectiva reduciendo los niveles de insulina, que está relacionada con el cáncer de mama y otras enfermedades.
 
Se trata de una dieta probada clínicamente.
No es necesario contar calorías.
Se ha comprobado que esta dieta reduce el apetito en los cinco
días no restrictivos.
La dieta maximiza la pérdida de grasa pero minimiza la pérdida
de músculo.
Consejos prácticos y un completo plan sobre qué comer en los
2 días restrictivos y en los 5 en los que se come normal.
Incluye 100 recetas que facilitan llevar a cabo la dieta.
Cuando se gana peso se aumenta el riesgo de contraer
enfermedades como el cáncer, la cardiopatía o la diabetes. La
Dieta de los dos días es un método nutricionalmente
equilibrado de hacer dieta que está diseñado para reciclar tus hábitos
alimentarios, maximizar la pérdida de peso y conservar los músculos que
queman calorías.
El método 5.2 días supone restringir la ingesta de proteínas e
ingerir grasas saludables, fruta y verduras durante dos días
consecutivos cada semana. Durante los cinco días restantes, consumes
una dieta equilibrada de estilo mediterráneo.
Aqui os dejo el enlace para que podais comprarlo tanto en version digital como en formato tradicional.
 

domingo, 26 de enero de 2014

PREMIOS VIVIR EL VINO 2014

 
 
Vivir el Vino presenta su Guía de los 365 Mejores Vinos 2014



Un vino para cada día del año


 
Madrid, 20 de enero 2014-

Un año más, Vivir el Vino ha celebrado su fiesta de presentación de

Vivir el Vino La Guía y la entrega de los premios 11 Magníficos, los mejores vinos del año en su

categoría. La ceremonia tuvo lugar en el escenario del Teatro Cofidís de Madrid y se contó

como maestra de ceremonias con la periodista Pilar Cisneros, conductora del programa “La

Mañana” de COPE Madrid. Una cita, que como todos los años, ha acogido a bodegueros,

políticos, lectores de su revista, sumilleres y prensa especializada.

Este año la convocatoria contó con la asistencia de Pedro Barato, presidente de ASAJA, , César

Lumbreras, director del programa Agropopular de Cadena Cope, Josep Puxeu, bodeguero y

exsecretario de Estado de Medio Rural y Agua, y Rafael del Rey, director del Observatorio

Español de Mercados del Vino, entre otros.

La nueva edición de
Vivir el Vino La Guía reúne a los mejores vinos que nos podremos

encontrar en el mercado este año. El sumiller Raúl Serrano ha conformado su personal

selección, mediante cata a ciegas, entre los más de 1.500 vinos aspirantes, uno a uno, para

poder seleccionar los mejores 365, un vino diferente para cada día del año. Vivir el Vino La

Guía presenta, además, los
11 Magníficos de 2014. 11 vinos elegidos para la gloria.

Vivir el Vino La Guía está pensada para su utilidad, por lo que se presenta de una manera clara

para que el consultor pueda acceder a la información de la manera más rápida y detallada de

cada Denominación de Origen, bodega, precio, temperatura de servicio y fecha óptima de

consumo.

Vivir el Vino La Guía, 365 maneras diferentes de disfrutar del vino


Los 11 Magníficos 2014 Vivir el Vino


Mejor Tinto

– Amancio 2010. Viñedos Sierra Cantabria. D.O.Ca. Rioja

Mejor Trayectoria

– Manuel Fariña. D. O. Toro

Mejor Bodega del Año

– Cía. De Vinos Rodríguez Sanzo. D.O. Ca. Rioja, D.O. Ribera del Duero,

D.O. Rueda, D.O. Toro, D.O.Ca. Priorat, D.O. Bierzo y V.T. Castilla y León

Mejor Blanco Joven

– Martivillí 2012. Bodegas Ángel Lorenzo Cachazo. D.O. Rueda

Mejor Blanco con Madera

– Sorte O Soro 2011. Bodegas Rafael Palacios. D.O. Valdeorras

Mejor Rosado

– Pago del Vicario Petit Verdot 2012. Bodegas Pago del Vicario (VT Castilla)

Mejor Tinto Joven-Roble

– Marco Real Pequeñas Producciones Syrah 2011. Bodegas Marco

Real. D.O. Navarra

Mejor Cava

– Torello 225 Brut Nature Gran Rva. Bodegas Torelló (D.O. Cava)

Mejor Generoso

– Palo Cortado Barbadillo VORS. Bodegas Barbadillo (D.O. Jerez-Xérès-Sherry

y Manzanilla Sanlúcar de Barrameda)

Mejor Vino Dulce

– AA Dolç de Mataró 2011. Bodegas Alta Alella. D.O. Alella

Mejor Vino Revelación

– Castillo de Belarfonso 2012. Bodegas Canopy. D.O. Méntrida

Precio Guía Vivir el Vino 2014:

16€

Distribución:

En quioscos, librerías, grandes almacenes y Tienda Vivir el Vino on line

Grupo Vivir el Vino.


domingo, 19 de enero de 2014

LA CROQUETA PERFECTA DE FOOD MORNING



Una vez mas ha llegado la hora de recibir en mi casa a los blogs de mis amigas y en esta ocasión le ha tocado a Ana del blog FOOD MORNING

Debo deciros que aparte de ser una estupenda cocinera y una trabajadora incansable tiene el don de captar las mejores imagenes de todo lo que le rodea, solo hay que pasar por su blog y ver sus estupendas fotografías. De hecho la mía que veis aquí es obra suya .....

Os dejo con su receta y con una magnifica entrada sobre el mundo de las croquetas. Gracias Ana.
 
                                                                  
                                                          * - - o O o - -*
 
Pues sí. Deliciosas, suaves y cremosas. Como a mí me gustan. Porque soy una friki de las croquetas. Es que veo una y me lanzo a por ella, aunque he de reconocer que me llevo más chascos que alegrías. ¿Pero qué pasa en este país que en muchos sitios sirven croquetas que parecen engrudo? Vamos, que las tiras al suelo y rebotan…
Por lo que veo, la bechamel sigue siendo una asignatura pendiente aún para muchas personas, pero me da igual, creo que debería existir una ley que prohibiera la venta de croquetas que no fueran deliciosas, suaves y cremosas. Porque si te venden una croqueta que rebota, cuando te la metes en la boca te quedas con la cara de un niño al que se le ha explotado un globo: con la boca abierta, ojos saltones, el estupor recorriendo cada vértebra de tu columna, y esa masa grumosa palpitando sobre tu lengua, que no sabe si impulsarla hacia atrás para que te la tragues sin salivar siquiera, o si expulsarla hacia adelante para sacarla fuera de ti, Satanás.
Si aún no dominas el arte de la croqueta, este es el momento de acabar con ese estigma en tu vida, y de hacer realidad tu sueño de poder presentarte con cara triunfal ante los tuyos sosteniendo una bandeja de humeantes, deliciosas y cremosas croquetas de pollo, afirmando categóricamente que no son de La Cocinera (sin desmerecer a las de La Cocinera, que para un apaño van la mar de bien). ¿Vamos allá?
Unos consejillos útiles:
Usa una sartén o cazuela antiadherente y amplia, porque hay que estar removiendo todo el rato, y cuanto mayor sea la superficie de la cazuela, antes se hará la bechamel. Unos 30/32 cm de diámetro es un tamaño adecuado.
Ten a mano una buena cuchara de palo. Para una bechamel normal vienen bien las varillas de silicona, pero la de las croquetas es más densa y la cuchara podrá seguir mejor el ritmo serrano de tu brazo.
Ten todos los ingredientes a mano y pesados, pues una vez que empieces a hacerla, no puedes dedicarte a otra cosa, la bechamel es como un recién nacido, demandando constante atención.
Calienta la leche en el microondas, porque así tardarás bastante menos. ¿A qué temperatura? Pues a la que te bebes la leche en el desayuno. Vamos, lo que viene siendo caliente.
Para formar las croquetas es necesario tener las manos mojadas. Así que si la bechamel se te empieza a poner pegajosa cuando das forma a la croqueta, lávate las manos y al tajo de nuevo. Para pasarlas por huevo y pan rallado, todo lo contrario: manos bien secas, y también lávatelas en cuanto se te empiecen a formar pegotes de pan y huevo en las yemas de los dedos.
Retira del pan rallado todos los pegotillos de pan y huevo que vayan soltando las croquetas. Hay que intentar que el pan rallado esté siempre limpio.
Y por favor, no mezcles distintos ingredientes en las croquetas: hazlas de pollo, de jamón, de queso, de bacalao, de boletus… pero no mezcles distintos sabores, porque no te sabrán a nada en concreto, y lo bueno de la croqueta es apreciar el sabor del ingrediente principal.
Puedes congelar las croquetas sin ningún problema. Ya que te pones a hacer, haz para dos veces por lo menos, que luego lo agradecerás.
Al lío:
Ingredientes (para entre 50 y 60 croquetas)
  • Entre 350 y 400 gr de pollo picado sobrante del cocido.
  • 50 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 50 gr de mantequilla
  • 150 gr de harina
  • 1500 ml de leche entera o semi desnatada
  • ½ cebolla
  • Sal
  • Nuez moscada rallada
  • Pimienta negra (opcional)
  • 2 huevos L
  • Pan rallado fino
  • Aceite de oliva para freír
Elaboración:
Pica la cebolla muy muy fina.
Pica el pollo (si tienes Thermomix, 5 segundos a velocidad 5) muy menudo.
Calienta la leche.
En una sartén alta o cazuela antiadherente de unos 32 cm de diámetro, pon la mantequilla, y cuando esté casi derretida añade el aceite. Añade enseguida la cebolla (no queremos que se queme la grasa) y deja que poche a fuego medio-bajo sin que llegue a dorarse.
Cuando esté bien blanda, y con el fuego más o menos al 4, añade la harina, y remueve bien dando alegría a tu cuerpo macarena, pues hay que mezclar rápidamente la grasa con la harina y no permitir que se queme. Debe quedar una masa para nada líquida, sino todo lo contrario, es más bien seca y sólida, que al remover se separa en migas pastosas, pero se tiene que apreciar un poco el brillo del aceite. Si está demasiado fluida (se desparrama al darle vueltas) hay que añadir un poquito de harina (entre 10 y 20 gr).
Esto es lo que se llama roux, y servirá para espesar la bechamel. Recuerda que hay que hacerlo a fuego lento, porque hay que cocinar la harina y no queremos quemarla: ¿????? Pues sí, la harina tiene que cocer en toda esa grasita lenta y sosegadamente, para que las croquetas sean deliciosas y cremosas, y no sepan a engrudo. ¿Y cuánto tiempo estamos dándole a la manivela? Pues unos cinco minutos aproximadamente, mientras te entretienes con algún reality de cambio radical de sexo que pongan en Divinity (si tienes tele en la cocina),o con el Josemi Rodríguez Sieiro en la radio explicando la aberración que supone no echar los pantalones a lavar tras usarlos una sola vez. Vamos, que mejor te busques un entretenimiento, porque desde ahora la cosa va de dar vueltas sin parar.
Verás que el roux va cogiendo poco a poco un tono dorado, como de color vainilla. Ha llegado el momento de empezar a añadir la leche. Y escucha este consejo, pues es el más importante que te voy a dar en esta receta: Si quieres que no se te forme ni un solo grumo en la bechamel, tienes que echar la leche muy poco a poco. Y cuando digo poco, hablo de la cantidad que cabe en una tacita de café moka, al menos al principio. Echa un chorrito de leche y remueve bien para que la masa la abduzca. Otro chorrito, y nueva abducción. Así poco a poco. Verás que la masa, aún sólida, va engordando y haciéndose más jugosa. Pasarás de tener una masa casi seca y que se desmiga, a tener otra más jugosa y que absorbe lo que le echen. Pues vas por bien camino. Sigue añadiendo la leche muy poco a poco: chorrito, remueve hasta integrar totalmente; chorrito, remueve; chorrito, remueve… No quieras hacerlo rápido y vayas echando la leche con la mano izquierda y removiendo con la derecha. La bechamel es una salsa que lleva su tiempo, y desde que empiezas a añadir la leche hasta que la salsa esté hecha, van a pasar al menos quince minutos (nunca más de media hora), dependiendo del tamaño de la cazuela y de la velocidad de tu manubrio.
Cuando la masa ya está suficientemente hidratada y ya es más líquida que sólida, subimos el fuego al 6 ó al 7 para no eternizarnos. Y ya podemos echar chorritos más grandes, pero sin emocionarte, no la vayamos a fastidiar al final.
Tendremos entonces una salsa cremosa, a la que no paramos de dar vueltas, rebañando bien el fondo y los laterales de la cazuela para que no se quede nada pegado y se queme, que empezará a burbujear con el calor. Si no burbujea nada, dale un poco de caña al fuego, pues tiene que cocer.
Llega el momento de añadir la sal (poco a poco, que después de todo el trabajo, si nos pasamos ahora menuda faena) y un poco de pimienta. Ve probando mientras sigues removiendo, y cuando tenga un puntito sabroso, sin llegar a salado, añade la nuez moscada. Y si me preguntas cuánta, yo te digo: a ojo. Porque esto es algo que hacemos a ojo. Vamos a ver, yo destapo el bote y hago dos fús, fús (tú me entiendes). Remuevo bien y pruebo. Y esto es como la sal, hay que ir probando poco a poco hasta llegar al nivel de sal y de nuez moscada que queremos. Y con la nuez mejor quedarse un pelín cortos, pues luego, una vez hecha la croqueta, se nota más.
Bien, tenemos la salsa borboteando suavemente y ya hemos conseguido el punto de sal y de nuez moscada. Pues sólo falta añadir el pollo (o el jamón, o el ingrediente que nos guste). Remueve bien y déjalo cocer un par de minutos. Vuelve a probar la bechamel, y si todo está rico de sabor, y la salsa está lista, ha llegado el momento de verter todo en una fuente de pyrex o en cualquier recipiente poco profundo, y dejar enfriar. Cuando casi esté fría, cubrir con film y meter en la nevera para que se solidifique y poder formar las croquetas. El film es importante, porque evitará que se forme una costra dura en la bechamel.
¿Cómo sabemos cuándo está hecha la bechamel?
Cuando al dar vueltas con la cuchara, raspando el fondo de la cazuela, se queda tras ella una estela en la que se ve dicho fondo. Esto significa que ya ha alcanzado el punto de densidad adecuado.
Cómo formar tus deliciosas y cremosas croquetas de pollo:
Varias horas más tarde, o mejor al día siguiente, sacamos la fuente de la nevera, y disponemos junto a ella un plato con los dos huevos batidos, y otro con abundante pan rallado. Para poder formar las croquetas con facilidad, la masa tiene que estar bien fría, así que sácala de la nevera sólo cuando vayas a formar.
Nos mojamos bien las manos, y sin secarlas, vamos cogiendo porciones de masa y formando bolas redondas o algo alargadas, dando vueltas a la masa entre las dos manos, como si hicieras una albóndiga, y sin recrearnos más de la cuenta, para que no se pongan pegajosas. Procura cerrar las grietas que se formen, o la croqueta se romperá al freír. Tendrás que lavarte las manos cada cuatro o cinco croquetas, para evitar que se te empiecen a pegar.
Cuando las tengamos formadas, las pasamos por huevo batido, y después por pan rallado, tratando de no toquetearlas demasiado para no hacerles abolladuras. Y tras eso, sólo queda freírlas en abundante aceite caliente pero no hirviendo, sin llenar la sartén de croquetas, dejando que tengan algo de espacio para moverse, y sacarlas cuando veamos que están doraditas por todas partes. Una buena ensalada o un plato de patatas fritas, y a disfrutar de la vida.


 
BLOGS PARTICIPANTES
 
 


sábado, 11 de enero de 2014

CROASANES O CROISSANTS



Levaba mi hombre tiempo pidiéndome unos croasanes y no me acababa yo de decidir porque me parecía que era un proceso muy laborioso y me daba un poco de pereza pero ahora que me he lanzado, no puedo parar.

Como todo, en esto de la cocina, el resultado no es comparable con nada comercial que hayáis probado y solo se pueden conseguir en pastelerías de muy alto postín a unos precios un poco fuera de bolsillos comunes.

Siendo en casa tan barata la realización, ¿porque vas a privar a tu familia y amigos de tal delicatesen ?. Si alguna vez te has lanzado con las masas y has podido con ellas esta es tu receta. No te arrepentirás, te lo aseguro.

Por la cantidad de harina e ingredientes podéis ver que es una masa con un tamaño mas que respetable pero congelan perfectamente y el esfuerzo es el mismo que el de una masa pequeña .... ¿porque no optimizar el trabajo y el calor del horno haciendo una buena cantidad?


 
 
MASA DE ARRANQUE O ESPONJA
 
200 gr de harina de fuerza Mercadona
3 sobres de levadura seca de panadería Maizena
130 gr de agua tibia
 
MASA FINAL


600 gr de harina de fuerza Mercadona
200 gr de harina normal
200 gr de leche entera o semi
100 gr de agua
1 cucharadita de café de sal
165 gr de azúcar blanco
3 huevos talla L
500 gr de mantequilla de buena calidad
(60 gr para la masa y 440 gr para hojaldrar)
 

  • Preparamos la esponja poniendo primero la harina y la levadura y añadiendo el agua a pocos por si no hiciese falta toda. Tenemos que conseguir una bola compacta sin nada de harina seca. Dejamos en un bol tapada con papel film hasta que doble el volumen.
  • En un cazo ponemos el agua restante y la leche a calentar. Añadimos 65 gr de mantequilla y cuando esté disuelta apartamos y dejamos entibiar.
  • En un bol o en el vaso de la KitchenAid, ponemos el resto de los ingredientes de la masa (menos el resto de la mantequilla) y mezclamos un poco a velocidad 2 y vamos incorporando el liquido por un lado poco a poco por si no hiciera falta toda la cantidad preparada. Cuando tenga una consistencia lisa pero blanda paramos, hacemos un hueco en el centro y metemos la esponja preparada anteriormente. Ponemos en funcionamiento la KA durante tres minutos a velocidad 2 (podemos parar para bajar la masa y seguir las veces que veamos necesarias).
  • Sacamos a la mesa ligeramente enharinada, boleamos y metemos en un bol tapado con film a la nevera durante media hora.


  • Sacamos, pasamos a la mesa, des gasificamos y boleamos otra vez haciendo una cruz en el centro con un cuchillo afilado.
  • Con el rodillo vamos estirando los cortes de la cruz como si fueran las partes de un sobre abierto dejando mas cantidad de masa por el centro.
 




  • Cogemos los 440 gr restantes de mantequilla y los ponemos entre dos papeles de horno y con el rodillo los golpeamos hasta hacer un cuadrado que colocamos en el centro de la masa.
  • Cogemos cada parte saliente de la masa y la colocamos tapando la mantequilla haciendo un paquete perfectamente tapado y cuadrado.

  • Pasamos el rodillo por encima las veces necesarias primero a lo ancho de la mesa y luego damos la vuelta a la masa, estirando a lo largo haciendo una tira.


 
 
  • Doblamos en tres partes, envolvemos en papel film y dejamos en la nevera 30 minutos. Ya tenemos la primera vuelta.


  • Sacamos de la nevera y la dejamos en la misma posición de la primera vez, pasamos el rodillo por encima las veces necesarias primero a lo ancho de la mesa y luego damos la vuelta a la masa, estirando a lo largo haciendo una tira.
  • Doblamos en tres partes, envolvemos en papel film y dejamos en la nevera 30 minutos. Ya tenemos la segunda vuelta.
  • Sacamos de la nevera y la dejamos en la misma posición de la primera vez, pasamos el rodillo por encima las veces necesarias primero a lo ancho de la mesa y luego damos la vuelta a la masa, estirando a lo largo haciendo una tira.
  • Doblamos en tres partes, envolvemos en papel film y dejamos en la nevera 30 minutos. Ya tenemos la tercera vuelta.


  • Sacamos de la nevera y la dejamos en la misma posición de la primera vez. Cortamos por la mitad para trabajar mas cómodamente y guardamos en la nevera la parte restante.
  • Estiramos en un rectángulo de medio centímetro de espesor y con un cuchillo afilado cortamos en triángulos alargados, bien a pulso o bien con una plantilla que habremos hecho con un cartón o plástico.


  • Hacemos un corte en la base, enrollamos y dejamos el pico debajo para que no se abran al cocer, y los vamos pasando a una bandeja de horno forrada con papel de horno.
 


  • Pintamos con un huevo batido con una cucharada de azúcar y dejamos levar hasta que doblen su volumen.
  • Cocemos en horno precalentado a 175º durante 10 minutos solo con horno por abajo y cinco minutos más con horno también por arriba.


  • Dejar enfriar en una rejilla.
 

RECOMENDACIONES
 
Hacer todo el proceso en un sitio fresco lejos de radiadores
Utilizar bandeja con fondo para evitar que pueda escurrir mantequilla por todo el horno
Consumir cuando enfríen para que estén con su sabor óptimo
Congelar una buena parte para degustar como recién hechos en días posteriores
 


FUENTE : Teresa en "Casa Tere"

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